Me siento enormemente afortunado por tener cerca a varias personas a las que admiro, de las que puedo aprender constantemente y que son un ejemplo para los demás, una de ellas es Francisco Molina. Hablar de él y de su labor es siempre pecar por defecto. Paco como le gusta que le llamen, nos visitó en las nuevas instalaciones de ASPAPROS y respondió a todas las cuestiones que le hice, no sin algún refunfuño amistoso por lo personal de la entrevista pero sobre todo por la sesión de fotos. Espero que disfrutéis con la entrevista como yo lo hice hablando con él.
-Andrés Repullo-
Andrés Repullo (AR): ¿Cuál es tu primera experiencia personal relacionada con la discapacidad intelectual?
Francisco Molina (FM): Me voy a desnudar Andrés… mi hermana mayor al nacer tuvo problemas, hubo que sacarla con fórceps, lo que le produjo una severa discapacidad tanto física como intelectual. Falleció a los 8 años de edad. Mis padres se esforzaban en integrarla en la calle con los demás chiquillos. Muchos años después con la creación de la asociación de voluntarios de la Caixa me propusieron que fuera presidente y desde entonces trabajamos con todo tipo de colectivos, entre ellos con las personas de ASPAPROS.
AR: ¿Has visto muchas injusticias en tu vida?
FM: Cotidianamente vemos a nuestro alrededor muchos signos de desconsideración a las personas con discapacidad. La discapacidad es un motivo de marginación todavía. Yo he viajado mucho por el mundo, sobre todo a países en vías de desarrollo y las diferencias son abismales. Podríamos decir que en el mejor de los casos hay desamparo a la discapacidad. Tanto es así que en algunos países la discapacidad se considera un castigo divino o incluso una maldición lo cual propicia una doble marginación, y en el caso de los niños esto se agrava aún más. La clave frente a la discriminación es la educación, la educación en valores. Falta mucho por hacer.
AR: El informe de Unicef sobre el estado de los niños en España, ¿qué panorama pinta?.
FM: Somos un país con recursos pero hay un 40% de niños que rozan la pobreza. Siempre ha habido necesidades, lo recuerdo de cuando era pequeño, pero ahora estamos viviendo momentos muy duros. Hay campañas de recogida de alimentos constantemente porque hay una continua necesidad. Me temo que ésta pueda ser una generación perdida.
AR: ¿Qué piensas de la situación de la atención temprana y de su acceso para familias en situación precaria?.
FM: Partimos de la base de que ninguno de los principales partidos llevan políticas específicas en sus programas orientadas a la infancia, no digamos para niños con discapacidad. No hablo de acciones concretas hablo de medidas integrales. Hoy día se está discutiendo sobre temas banales como la tauromaquia y no se está afrontando la problemática de la infancia, sobre todo con discapacidad. Es abrumador.
Los ciudadanos debemos forzar a las administraciones a que apliquen políticas en pro de la infancia, a través de la captación de apoyos y concienciación social.
AR: Cuáles son los valores que necesita nuestra sociedad.
FM: Ya lo he mencionado, es cuestión de sensibilización. Si no somos permeables a la realidad de las personas con discapacidad intelectual u otros colectivos no podremos cambiar la realidad. Si las personas no están concienciadas tampoco lo estarán los políticos.
AR: ¿Cuál es la salud del voluntariado en Almería?.
FM: El voluntariado está llevando a cabo una acción muy importante. Lógicamente no puede suplir los servicios que debe prestar una administración pero sí llenar los huecos que esta deja con solidaridad. Desgraciadamente tampoco podemos llegar a todos los colectivos puesto que no hay recursos suficientes.
Creo que en Almería hay un voluntariado activo en general. En concreto desde el voluntariado de la Caixa estamos llevando a cabo una actividad muy importante. Me emociona ver a los voluntarios que llevan a sus hijos a las actividades para que empiecen a tomar conciencia de que existen problemas y que todos debemos colaborar en resolverlos.
Colaboramos desde su integración social a través del ocio, proporcionando nuevas experiencias a las que no tenían acceso o éste era reducido. No solo de pan vive el hombre, también de abrazos, cariño, compañía y diversión.
AR: ¿Te consideras una agente de cambio social?
FM: No, ojalá lo fuera. Simplemente me gusta poner mi granito de arena. Somos muchos los que estamos poniendo de nuestra parte para el cambio y cada vez vamos a más. Hay muchas entidades, como lo es ASPAPROS, las que están haciendo una labor encomiable.
Las administraciones tienen que ser la primera en propiciar el cambio social y primar el bien común. Los recursos son limitados por lo que hay que priorizar donde está la necesidad. La implicación debe ser vertical, descendente y ascendente. Todo esto nos lleva a un bucle que las administraciones deben romper. Quizás éstas no están poniendo el énfasis necesario en la necesidad.
AR: Cuando miras atrás en tu vida…
FM: Son 15 años los que me vengo dedicando a esta labor. Soy feliz con lo que hago y recibo más de las personas de lo que yo les doy. Los agradecimientos y el cariño que me da la gente me llena. Ahora mismo pienso en la próxima actividad con ASPAPROS en la feria y me emociona imaginar lo bien que lo pasamos y se lo pasan. Son momentos mágicos. También otras actividades más asistenciales como el voluntariado en cuidados paliativos de la Cruz Roja y lo agradecidos que están tanto los voluntarios como las personas a las que va destinado.
Miro atrás y me siento satisfecho y agradecido. Quiero aclarar que yo no estoy solo. Son muchos los voluntarios los que están dando su tiempo y dedicándoselo a otras personas. Sin ellos sería imposible y por eso se lo agradezco profundamente.